Cómo perdonar a mi padre
Una gran cantidad de pacientes acuden a terapia con una pregunta: Cómo perdonar a mi padre. Y es que el daño emocional que puede generar el afecto primario de un padre, acompaña a las personas durante toda su vida y llega un punto en el que se vuelve insostenible. Los pacientes entonces no saben por dónde comenzar.
Así que aquí ahondaremos un poco al respecto y mostraremos una ruta muy sencilla pero que al mismo tiempo requiere de mucha atención y cuidado para aprender a perdonar a tu primogenitor.
Lo primero es que si estás aquí, es porque al menos has reconocido que necesitas conectarte con el sentimiento del perdón para poder liberarte. Ese es un primer gran paso, luego de este, toma los siguientes consejos.
Consejos para poder perdonar a tu padre
Las personas que ya son conscientes de que necesitan perdonar, se encuentran con una enorme barrera: la imposibilidad. Parecen no poder llegar por sí solas a ese sentimiento de aceptación, perdón y redención. Para esas personas, estos consejos pueden ayudar.
Resuelve el resentimiento
Lo primero que debes hacer es soltar el resentimiento, no abrigarlo más en el corazón. Esta es una decisión consciente, difícil, pero fundamental. Por extraño que parezca, el rencor es una especie de apego, una forma de no separarse. Así que cuando guardas resentimiento, no solo te estás aferrando a tu padre, sino a la parte mala de tu padre.
El resentimiento es el deseo de no querer vivir la vida hasta tener resuelta la parte que falló con este padre. Sin embargo, tiene un efecto adverso, y es que te aprisiona en un sentimiento de mal sentir y malos deseos.
Desarrolla expectativas realistas
Los padres son realmente difíciles de perdonar porque son parte de nuestros afectos primarios (los más importantes), así que cuando estamos pequeños ponemos las más altas expectativas en ellos, los idealizamos y no deseamos bajar nuestras expectativas.
Algo que te ayudará a acelerar el proceso de perdonar a tu padre es retirar las expectativas y ver exactamente el tipo de persona que es. Esto implica dejar de esperar que se disculpe, dejar de esperar que cambie, que reconozca lo malo que hizo contigo y demuestre arrepentimiento genuino.
Aférrate a lo bueno
Salvo muy pocas excepciones, la mayoría de los padres aman a sus hijos, pero algunos pueden ser padres más defectuosos que otros. Con suerte, puede que recuerdes algunos auténticos actos de amor que tu padre tuvo para contigo cuando eras pequeño y que puedan servir para que te aferres más a eso que a la herida que te infringió.
Fomenta la verdadera separación
Perdonar no significa seguir tolerando las conductas hirientes. No significa entrar en negación ante su egoísmo, maldad, brutalidad o cualquier otra fechoría que te haya hecho. Más bien perdonar a papá tiene que ver con dejar de verte como un niño que depende del afecto, cuidado, aceptación y aprobación de esta persona; dejar la posición de víctima y quitarlo de la posición de autoridad de victimario y empezar a trabajar en tu propia vida.
Perdonar a tu padre implica reconocerte como adulto, separar el lazo que te une a él como si fueras un pequeño indefenso y asumir la responsabilidad de que tu vida ahora te pertenece y tú decides cómo vivirla.
Recibe a tu padre de nuevo en tu corazón
Es normal que por el dolor que te hizo sentir le hayas cerrado la puerta del corazón a tu padre. Pero si logras reconocer las circunstancias en las que te generó la herida, puede que logres también reconocer algo de bondad en él. Incluso puedes llegar a sentir compasión y en este punto del viaje, puedes empezar a sanar la herida, reconociendo que esta persona también venía muy herida.
Comprométete con el viaje
Llegar al estado de perdón para muchas personas es un viaje largo y complicado. El punto de partida de este camino es querer perdonar.
Sé consciente de que mientras más profunda sea la herida, más difícil será llegar a perdonar. En el camino te encontrarás con el deseo de volver atrás cuando hayas avanzado algunos peldaños, querrás odiar a tu padre como al principio. Pero el último consejo que te compartimos es comprometerte con perdonar, no abandonar el proceso, incluso si te enteras de cosas que ponen el dedo en la herida. Toma la determinación de seguir con tu vida libre del odio y el resentimiento, porque es una decisión en pro de la vida misma.
Y en caso de que estos consejos no sean suficiente (lo que muy a menudo puede pasar), recuerda que un tiempo en terapia te puede ayudar a llegar a ese estado emocional y mental en el que te sientes libre para perdonar. Los hijos de padres alcohólicos, abusivos o ausentes, a menudo necesitan hablar al respecto para sanar.
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