Qué es la disforia y cómo tratarla

Disforia es el antónimo de euforia. Mientras que la euforia es un estado de felicidad extrema, la disforia es una profunda sensación de malestar o insatisfacción. No es un problema de salud mental en sí mismo, pero sí es un síntoma que se asocia con una variedad de enfermedades mentales, como el estrés, la ansiedad, la depresión y los trastornos por uso de sustancias. Te explicamos qué es la disforia, cómo se manifiesta y por qué deberías saber identificarla.

Signos de disforia

La disforia puede presentarse en compañía de otros signos de depresión o problemas de salud mental, como llanto, pérdida de interés en actividades placenteras y trastornos del apetito o del sueño. No obstante, en sí misma se caracteriza por: apatía, tristeza, inquietud, fatiga, baja satisfacción con la vida y preocupación.

Las personas que sienten disforia con mayor frecuencia que otras suelen tener una manera de pensar diferente, según un estudio de 2019 publicado en Psychiatry Research. En este estudio se descubrió que la disforia estaba relacionada con una mayor frecuencia de pensamientos sobre el futuro.

Y como piensan tanto en el futuro, las personas con disforia también reportaron más pensamientos negativos y resultados más irreales o inverosímiles. Lo que no queda claro es si los pensamientos más negativos sobre el futuro causan disforia o si la disforia provoca una perspectiva más negativa.

¿Qué pasa cuando la disforia prevalece?

Todos en algún momento podemos experimentar disforia, pero los síntomas son leves o por períodos de tiempo muy cortos. Pero hay que considerar que hay casos en los que la disforia es una señal de depresión.

Se estima que alrededor del 5 % de la población general experimenta disforia. Las personas más propensas son las mujeres de entre 25 y 44 años. La disforia puede ser fugaz o de corta duración, lo que quiere decir que a menudo se resuelve rápidamente.

No obstante, cuando la disforia se prolonga, a menudo está relacionada con enfermedades mentales. Si identificas rasgos de disforia en ti, debes entrar en contacto con un especialista en salud mental, porque a menudo es causa de un mayor riesgo de suicidio.

Causas

Los sentimientos de disforia pueden estar impulsados por uno o varios de los siguientes factores:

Estrés: Los factores ambientales estresantes, como la pérdida de un ser querido, un entorno laboral estresante o un conflicto familiar, pueden desencadenar sentimientos de disforia (apatía, amargura, desánimo, fatiga, etc.).

Condiciones de salud: Desde las deficiencias nutricionales hasta los problemas de tiroides pueden incluir entre sus síntomas la disforia.

Uso de sustancias: Hasta el 70% de las personas con dependencia del alcohol reportan disforia durante el consumo excesivo de alcohol. Sobre todo si la persona dependiente del alcohol sufre de algún trastorno del estado de ánimo, se vuelve más propensa a experimentar disforia. En algunos casos, es la disforia lo que lleva a la persona a consumir más alcohol, a fin de experimentar un poco de euforia. En otros casos, la disforia se presenta a las pocas semanas de abstinencia.

Medicamentos: Algunos medicamentos pueden tener efectos secundarios que causen disforia.

Consumo de tabaco: Hay estudios que relacionan la disforia con el consumo de tabaco. De hecho, entre todos los síntomas depresivos, la disforia tiene la asociación más fuerte con los resultados del tabaquismo. Concretamente hay un estudio de 2019 que encontró que las personas con ansiedad relacionada con el dolor son especialmente propensas a fumar cigarrillos a fin de liberarse de los sentimientos de disforia.


Condiciones de salud mental relacionadas con la disforia

La disforia es un síntoma común en algunas afecciones de salud mental. Concretamente, los siguientes diagnósticos incluyen disforia entre sus principales síntomas:

●Depresión.

●Trastorno de adaptación.

●Trastorno bipolar.

●Desorden de personalidad.

●Trastorno esquizoafectivo.

●Trastorno afectivo estacional.


Tipos de disforia

Ya mencionamos que disforia no se considera una condición de salud mental diagnosticable, no existe una división formal en tipos. Pero extraoficialmente se ha creado esta clasificación para comprender mejor la disforia.

Disforia de género

Hace referencia a los sentimientos de angustia e incomodidad que experimenta una persona cuando su género asignado no coincide con su identidad de género. Es decir, experimentan disforia porque se sienten incómodas y angustiadas por el conflicto entre las características sexuales de su cuerpo físico y cómo se sienten y piensan sobre sí mismas. Y no solo esto, sino que también pueden sentirse de esa manera por los roles de género tradicionales que se esperan de su género asignado.

Los efectos de la disforia de género varían de una persona a otra. Pero por lo general tiene que ver con un conflicto interno que termina por afectar su propia imagen y comportamiento. Es decir que una persona con disforia de género puede hacer frente a la incomodidad alterando su expresión de género, representación de género o al intentar cambiar el género que le asignaron al nacer. También pueden hacer ajustes a su apariencia física.

Los niños que experimentan disforia de género pueden expresar su deseo de ser del sexo opuesto acudiendo a juguetes, peinados y ropa típicamente asociados con el sexo opuesto.

La disforia de género no es el equivalente a identificarse como transgénero. Muchas personas que experimentan disforia de género no necesariamente se identifican como transgénero, de género fluido o de género no conforme.

Trastorno disfórico premenstrual (TDPM, siglas en inglés)

Es un trastorno del estado de ánimo que ocurre durante la fase premenstrual dentro del ciclo menstrual. Si bien los síntomas son similares a los del síndrome premenstrual (SPM), los síntomas del Trastorno disfórico premenstrual son mucho más graves y pueden provocar cambios de humor extremos que alteran la vida y el funcionamiento cotidiano de la mujer. Allí, la diferencia.

Mientras que el síndrome premenstrual tiene algún impacto en la vida de una mujer, no está calificado como trastorno y por lo general los síntomas pueden autocontrolarse. En cambio, el trastorno disfórico premenstrual está clasificado como un trastorno mental por el 'Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, 5ª edición' ( DSM-5 ).

Según las investigaciones, las mujeres con TDPM a menudo tienen una predisposición genéticaque afecta la manera en cómo sus cuerpos procesan el estrés y las hormonas sexuales. Es decir que estas mujeres tienen una mayor sensibilidad a las hormonas que influyen tanto en el estado de ánimo como en el bienestar general.

Disforia tardía

Finalmente, la disforia tardía no es un tipo de disforia en sí, sino la forma que se utiliza para describir la depresión crónica resistente al tratamiento. Es la manifestación de todos los síntomas de disforia que aparecen tras el uso prolongado de antidepresivos.

Tratamiento

Solo cuando el trastorno disfórico dura más de dos semanas es oportuno buscar ayuda profesional para obtener un diagnóstico. Entender a qué corresponden estos síntomas. Lo primero que debes hacer es hablar con tu médico para descartar cualquier condición médica o interacción con medicamentos que pueda estar causando la disforia.

Si la disforia no está relacionada con un problema de salud física, entonces es momento de entrar en consulta con un profesional de salud mental. El psicólogo o psiquiatra puede evaluar tus síntomas y determinar si tu disforia es parte de una afección de salud mental.

Posterior a esto, el tratamiento depende de la causa de la disforia. Si la causa es depresión o ansiedad, el tratamiento irá en esa dirección. Si tiene que ver con el abuso de sustancias o el tabaquismo, el tratamiento estará enfocado en tratar primero estos problemas.

Alternativas para mejorar los síntomas

Además de los tratamientos tradicionales, hacer pequeños cambios en el estilo de vida puede hacer la diferencia y elevar el estado de ánimo. Los siguientes hábitos y actividades pueden ser de ayuda.

Haz un ajuste en tus rutinas: Estar atrapado en la rutina puede contribuir a los sentimientos de disforia. A veces el estado de ánimo puede mejorar tan solo incluyendo algunos cambios en la rutina.

Come saludablemente: Los factores nutricionales pueden desempeñar un papel en el estado de ánimo y la salud mental, así que asegúrate de comer una dieta rica en frutas, verduras y ácidos grasos Omega-3.

Ejercítate: Hay investigación que demuestra que el ejercicio puede desempeñar un papel importante en la salud mental e incluso puede ser útil como tratamiento para la depresión. La pauta estándar para mantenerse saludable sugiere que debes hacer 150 minutos de actividad de intensidad moderada a la semana.

Comparte con tus seres queridos: A menudo, la disforia hace que las personas se aíslen, lo cual contribuye a que se intensifiquen más estos sentimientos. Pero el contacto social activa zonas en el cerebro que están asociadas con el bienestar. Si te sientes disfórico, una buena práctica puede ser procurar pasar más tiempo de calidad con tu familia y amigos.


Si los sentimientos y pensamientos de disforia se han prolongado por más de dos semanas, es momento de consultar a tu médico y a un especialista en salud mental. Respecto a esto último, tenemos a especialistas que pueden proporcionar la ayuda que necesitas. Ponte en contacto hoy mismo.


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