Estrategias para manejar los pensamientos negativos
Todos enfrentamos pensamientos negativos en algún momento de nuestras vidas. Estos pensamientos pueden ser abrumadores y, si no se manejan adecuadamente, pueden afectar nuestra salud mental y bienestar general. La buena noticia es que hay estrategias efectivas para manejar y reducir estos pensamientos. En este artículo vamos a explorar diversas técnicas que te ayudarán a controlar y transformar tus pensamientos negativos en una energía positiva y constructiva.
Comprender los pensamientos negativos
Antes de aprender a manejar los pensamientos negativos, es crucial comprender qué son y cómo se manifiestan. Los pensamientos negativos, también conocidos como distorsiones cognitivas, son ideas, creencias o percepciones que son pesimistas sobre uno mismo, los demás o el mundo, los cuales pueden ser autogenerados o desencadenados por situaciones externas. Los pensamientos negativos pueden tomar diversas formar y afectar diferentes áreas de nuestras vidas. Veamos los casos más recurrentes de los pensamientos negativos.
Autocrítica. Se manifiesta en pensamientos o juicios severos sobre uno mismo tiende a socavar nuestro sentimiento de valía personal. Regularmente este tipo de pensamiento negativo se manifiesta en la forma de “no soy lo suficientemente bueno”.
A diferencia de la autoevaluación constructiva, que puede llevar a mejoras y aprendizaje, la autocrítica suele ser implacable y contraproducente. Puede centrarse en errores menores o en aspectos que están fuera del control de la persona.
Además, la autocrítica intensa puede conducir a emociones negativas como la ansiedad, la depresión y la baja autoestima. Puede impedir que las personas disfruten de sus logros y experiencias, ya que constantemente sienten que no son suficientes. Este tipo de pensamientos puede influir en cómo una persona se comporta en situaciones sociales y profesionales. La autocrítica excesiva puede hacer que alguien evite tomar riesgos o buscar nuevas oportunidades por miedo a fallar y reforzar su autopercepción negativa.
Catastrofización Esta es una distorsión cognitiva en la que una persona anticipa o imagina el peor escenario posible en una situación, incluso si la probabilidad de que ese resultado ocurra es baja o incluso irreal. Quienes caen en esta forma de pensamiento negativo tienden a magnificar los peligros y minimizar su propia capacidad para manejarlos, lo que puede resultar en una considerable ansiedad y miedo irracional. Por ejemplo, una persona que siente un dolor leve de cabeza y concluye de inmediato que debe ser un signo de una enfermedad grave, como un tumor cerebral.
Pensamiento polarizado. Es un tipo de pensamiento distorsionado en el que una persona ve las situaciones en términos de extremos opuestos, sin términos medios. Es una forma de razonamiento que clasifica las experiencias en categorías absolutas como 'bueno' o 'malo', 'perfecto' o 'terrible', 'éxito' o 'fracaso'.
Este tipo de pensamiento puede llevar a una percepción distorsionada de la realidad, porque ignora las complejidades y los matices que suelen estar presentes en la mayoría de las situaciones. En el contexto de la salud mental, el pensamiento polarizado puede contribuir a emociones negativas intensificadas, como la ansiedad o la depresión, porque las personas pueden percibir que cualquier pequeño error o fracaso es un desastre total o que no tienen valor si no cumplen con estándares irrealmente altos.
Generalización excesiva. Esta es otra forma de distorsión cognitiva que implica sacar conclusiones amplias y generales a partir de un solo evento o una pequeña cantidad de evidencia. Alguien que generaliza excesivamente puede ver un incidente aislado como una tendencia o regla universal.
Por ejemplo, si una persona tiene una mala experiencia en una entrevista de trabajo, podría concluir que nunca es buena en entrevistas y que siempre fracasará en ellas. O si alguien recibe un comentario negativo sobre una tarea en el trabajo, podría pensar que es completamente incompetente en todos los aspectos de su trabajo.
Este tipo de pensamiento puede ser perjudicial porque conduce a una visión sesgada y a menudo negativa de uno mismo y del mundo, limitando la capacidad de ver cada situación como única y diferente. En la práctica terapéutica, especialmente en la terapia cognitivo-conductual, trabajar en identificar y desafiar generalizaciones excesivas puede ayudar a las personas a desarrollar una perspectiva más realista y equilibrada de sus experiencias y capacidades.
Personalización. La personalización es una distorsión cognitiva donde una persona se atribuye a sí misma la responsabilidad excesiva por los eventos externos, a menudo negativos, sin base real para hacerlo. Quienes personalizan tienden a creer que tienen más control o influencia sobre las situaciones de lo que realmente tienen.
Por ejemplo, si alguien tiene un amigo que parece estar de mal humor, la persona que personaliza podría concluir automáticamente que es por algo que ella hizo o dijo, ignorando otras posibles explicaciones como que el amigo podría estar teniendo un mal día por razones completamente ajenas. Otro ejemplo sería un jefe que asume que la baja moral en la oficina es exclusivamente su culpa, sin considerar otros factores externos que podrían estar afectando el ambiente laboral.
Este tipo de pensamiento puede llevar a sentimientos de culpa innecesarios y a una carga emocional significativa, ya que la persona se siente constantemente responsable de situaciones que están fuera de su control. En el contexto terapéutico, trabajar para reconocer y corregir la personalización puede ayudar a las personas a entender mejor los límites de su influencia y responsabilidad, reduciendo así el estrés y mejorando el bienestar emocional.
Pensamiento de filtro negativo. Se da cuando una persona enfoca su atención casi exclusivamente en los aspectos negativos de una situación, ignorando los positivos o neutrales. Esto puede llevar a una percepción muy sesgada y negativa de las experiencias. Por ejemplo, cuando un empleado recibe una evaluación de desempeño que contiene nueve comentarios positivos y uno negativo. A pesar de la abrumadora cantidad de retroalimentación o comentarios positivos, se obsesiona con el único comentario negativo, sintiendo que todo su trabajo es insuficiente y que su rendimiento general es malo. Otro ejemplo es cuando una persona asiste a una fiesta donde la mayoría de los invitados interactúan amablemente con ella y parecen disfrutar de su compañía. Sin embargo, si una persona no responde a su saludo o parece distante, se centra exclusivamente en este incidente, concluyendo que la fiesta fue un desastre y que la gente no quería que estuviera allí.
Estrategias para superar los pensamientos negativos
¿Es posible revertir los pensamientos negativos? Desde luego que sí, y acá te compartimos una serie de estrategias y herramientas que te serán muy útiles.
Practicar la conciencia plena (Mindfulness)
La conciencia plena, o mindfulness, es una técnica poderosa para manejar los pensamientos negativos. Esta práctica implica prestar atención al momento presente de manera intencional y sin juzgar. Te ayuda a observar tus pensamientos y emociones con desapego, lo que puede reducir su impacto negativo.
Cómo practicar la conciencia plena:
Meditación: Dedica unos minutos cada día a meditar. Siéntate en un lugar tranquilo, cierra los ojos y concéntrate en tu respiración. Observa tus pensamientos sin juzgarlos y déjalos ir.
Respiración consciente: En momentos de estrés, toma respiraciones profundas y conscientes. Esto puede ayudarte a calmar tu mente y reducir la ansiedad.
Actividades cotidianas: Practica la conciencia plena en tus actividades diarias, como comer, caminar o ducharte. Enfócate completamente en la experiencia presente.
Desafiar y reestructurar los pensamientos negativos
Una técnica clave para manejar los pensamientos negativos es desafiarlos y reestructurarlos. Este enfoque, basado en la terapia cognitivo-conductual (TCC), implica identificar pensamientos negativos, evaluar su veracidad y reemplazarlos con pensamientos más realistas y positivos.
Pasos para desafiar y reestructurar pensamientos negativos:
Identificar el pensamiento negativo: Escribe el pensamiento negativo tal como aparece en tu mente.
Evaluar la evidencia: Pregúntate si hay evidencia objetiva que respalde este pensamiento. ¿Es una suposición o un hecho?
Reemplazar con pensamientos realistas: Si el pensamiento es irracional o exagerado, reemplázalo con uno más realista y positivo. Por ejemplo, 'Nunca hago nada bien' podría reestructurarse como 'A veces cometo errores, pero también tengo éxitos.'
Practicar la gratitud
La gratitud es una herramienta poderosa para contrarrestar los pensamientos negativos. Al enfocarte en las cosas por las que estás agradecido, puedes cambiar tu perspectiva y aumentar tu bienestar emocional.
Cómo practicar la gratitud:
Diario de gratitud: Cada día, escribe tres cosas por las que estás agradecido. Pueden ser pequeñas o grandes, como una sonrisa de un amigo o un logro en el trabajo.
Momentos de gratitud: Tómate un momento cada día para reflexionar sobre lo positivo en tu vida. Esto puede ayudarte a enfocarte en lo bueno en lugar de lo negativo.
Expresar gratitud: Agradece a las personas en tu vida por su apoyo y bondad. Expresar gratitud a los demás puede fortalecer tus relaciones y aumentar tu felicidad.
Desarrollar Habilidades de Afrontamiento
Desarrollar habilidades de afrontamiento efectivas es esencial para manejar los pensamientos negativos. Estas habilidades te ayudan a enfrentar el estrés y las dificultades de manera constructiva.
Estrategias de afrontamiento:
Ejercicio físico: La actividad física regular puede reducir el estrés y mejorar tu estado de ánimo. Encuentra una actividad que disfrutes, como caminar, correr o yoga.
Hobbies y pasatiempos: Dedica tiempo a actividades que te gusten y te relajen. Esto puede ayudarte a desconectar de los pensamientos negativos y enfocarte en algo positivo.
Tener una red de apoyo: Habla con amigos, familiares o un terapeuta sobre tus pensamientos y sentimientos. Compartir tus experiencias puede proporcionarte apoyo emocional y nuevas perspectivas.
Establecer Metas Realistas
Establecer metas realistas y alcanzables puede ayudarte a sentirte más seguro y motivado. Las metas te proporcionan un sentido de propósito y dirección, lo que puede reducir la aparición de pensamientos negativos.
Fomentar el autocuidado
El autocuidado es fundamental para mantener una mente saludable y manejar los pensamientos negativos. Dedicar tiempo a cuidar de ti mismo puede mejorar tu bienestar emocional y físico.
Prácticas de autocuidado:
Alimentación saludable: Mantén una dieta equilibrada y nutritiva. Lo que comes puede afectar tu estado de ánimo y energía.
Dormir bien: Asegúrate de dormir lo suficiente cada noche. La falta de sueño puede aumentar la susceptibilidad a los pensamientos negativos.
Tiempo para ti: Dedica tiempo a actividades que disfrutes y que te relajen, como leer, escuchar música o pasar tiempo en la naturaleza.
Practicar la autoafirmación positiva
Las autoafirmaciones positivas son declaraciones que puedes usar para contrarrestar los pensamientos negativos. Repetir afirmaciones positivas puede ayudarte a cambiar tu diálogo interno y aumentar tu autoestima.
Ejemplos de autoafirmaciones positivas:
'Soy capaz y competente.'
'Merezco ser feliz y exitoso.'
'Puedo manejar cualquier desafío que se presente.'
Buscar apoyo profesional
Si los pensamientos negativos son persistentes y afectan significativamente tu vida diaria, puede ser útil buscar apoyo profesional. Los terapeutas y consejeros pueden ofrecerte herramientas y estrategias personalizadas para manejar tus pensamientos.
Manejar los pensamientos negativos es un proceso continuo que requiere práctica y dedicación. Al implementar estas estrategias, puedes reducir la influencia de los pensamientos negativos y promover una mentalidad más positiva y constructiva. Recuerda que no estás solo en este viaje; buscar apoyo profesional y rodearte de personas que te apoyen puede hacer una gran diferencia en tu bienestar emocional.
Cada pequeño paso que tomes hacia el manejo de tus pensamientos negativos es un avance significativo hacia una vida más plena y equilibrada. Practica la autocompasión y celebra tus progresos, y con el tiempo, encontrarás que puedes transformar tu diálogo interno y mejorar tu calidad de vida.
Artículo escrito por:
Coach Profesional y de Vida | Acompañamiento Terapéutico
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