Enfoques psicológicos para dejar de fumar
Dejar de fumar es difícil porque los fumadores a menudo conciben este hábito como un pasatiempo placentero. Por tanto, al momento de dejarlo, lo perciben como un acto de sacrificio, dolor y miseria. Al cerebro humano no le gusta nada de esto. Lo que significa que para dejar de fumar, hay que encontrar los mejores hackeos mentales desde la psicología.
Enfoques psicológicos para dejar de fumar
Hay una serie de enfoques que pueden ayudar a abordar el hábito de fumar, más allá de la adicción física subyacente a la nicotina. Los siguientes consejos pueden ser de gran ayuda desde la psicología conductual:
·La autoayuda (dejar de fumar por uno mismo) no es suficiente: La investigación de la psicología detrás de dejar de fumar demuestra que no hay buenas tasas de éxito cuando no se lleva a cabo con una intervención de persona a persona.
·Asesoramiento y tratamientos conductuales: Los tratamientos conductuales incluyen el apoyo práctico y educativo, la hipnosis y las intervenciones conductuales. De acuerdo con la evidencia médica, un asesoramiento breve para ayudar a dejar de fumar es inconsistente, al igual que los resultados de la hipnosis. Lo que sí funciona son las intervenciones conductuales más estructuradas como la identificación de las señales y los factores desencadenantes del hábito de fumar y el desarrollo de habilidades alternativas para ayudar al individuo a afrontar esas situaciones.
·Regularidad en las sesiones: De acuerdo con los estudios, los programas efectivos de tratamientos conductuales para dejar de fumar incluyen sesiones de al menos 20 o 30 minutos, entre 4 y 7 sesiones por semana y al menos por dos semanas.
Trucos mentales para empezar a dejar el cigarrillo
Aquí dejamos una lista de trucos mentales que pueden ayudarte a empezar esta importante decisión de vida:
·No te permitas pensar “necesito fumar”. Es un pensamiento emocional que puedes aprender a cambiar por otro como “Siento cierta tensión que en el pasado habría interpretado como un deseo de fumar un cigarrillo”. Analizar el sentimiento puede ayudarte a darte cuenta de que en realidad no sientes dolor por las ansias de fumar.
·Nunca te permitas pensar “podría fumar solo uno”. Cambia este pensamiento por “podría volver a ser un fumador” que es una verdad equivalente.
·No te visualices disfrutando de un cigarrillo. Debes dedicar tiempo a cambiar la imagen mental de cómo percibes los cigarrillos, no puedes relacionarlos con la sensación de placer sino con experiencias y situaciones desagradables, incómodas y no deseadas.
·Ten el hábito de señalar cosas buenas de ti mismo. Muchos no saben que este es un hábito que se puede construir, no surge de forma natural en la mayoría de las personas. Dejar de consumir nicotina es un acto de curación personal, por tanto, hay que activar el área de recompensa en el cerebro de una manera diferente. Observar tus virtudes y reconocerlas es una forma de hacerlo.
·Reconoce cuando te sientes bien. A menudo te sientes más consciente de lo mal que te sientes después de dejar el cigarrillo, que de lo bien que te sientes. Así que cuando lleguen esos momentos en los que te sientes especialmente afortunado y bien por la decisión que has tomado, enmárcalos, escríbelos, celébralos; no los pases por alto.
·Ríe más a menudo. La risa es el mejor relajante que existe, no el cigarrillo. Por tanto, como forma de terapia, persigue aquellas cosas que sabes que pueden sacarte una buena carcajada.
·Nunca dudes que un solo cigarrillo te hará volver a fumar. Hay muchas historias de personas que dejaron el cigarrillo durante años y volvieron a ser fumadores por causa de un cigarrillo. Esta es la ley de la adicción, uno solo puede volverte adicto.
·Nunca pienses en renunciar como un fin. El pensamiento adictivo le hace creer al fumador que dejar de fumar es un fin, pero no, apenas es el comienzo de una nueva vida saludable que proporcionará oportunidades imprevistas. No permitas que tu pensamiento de adicto te diga cosas como “el daño ya está hecho”. Es cierto que le has hecho daño a tu cuerpo, pero esta es tu oportunidad para hacer algo diferente y aprender cosas nuevas cada día.
Frases para dejar de fumar
Finalmente, memorizar y repetir estas frases puede ser de gran ayuda. ¡Compruébalo!
·Somos dueños de nuestras renuncias.
·Si me fumo uno, volveré a donde empecé. Donde comencé fue deseando desesperadamente poder estar donde estoy hoy.
·¿Qué pasa si abandono el viaje hoy y la paz hubiera llegado mañana?
·Y en momentos de alto estrés pregúntate: ¿Qué haría un no fumador?
Esperamos todas estas recomendaciones sean de gran ayuda en tu camino para dejar la adicción a la nicotina y que desde la psicología encuentres el respaldo y el tratamiento que necesitas para que el camino sea mucho más fácil.
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