Desencadenantes de la depresión

Una de cada seis personas experimentará depresión en algún momento de su vida, según los sondeos mundiales de salud mental. La depresión es una afección real, con síntomas físicos y en el estado de ánimo que dificultan el funcionamiento diario de las personas. Veamos cuáles son algunos desencadenantes de la depresión.

¿Cuáles son algunos desencadenantes de la depresión?

Reconocer los desencadenantes comunes de la depresión puede ayudar a evitar un episodio, o al menos a reconocer la necesidad de un tratamiento cuando se manifiestan los primeros síntomas. Dicho esto, los desencadenantes comunes incluyen:

Eventos estresantes y pérdidas

La muerte de un ser querido es la forma más conocida de pérdida, o al menos la que más se considera en torno a la depresión. Sin embargo, hay muchos otros tipos de pérdida que pueden llevar a una depresión, como por ejemplo la pérdida de una pareja amorosa, de un trabajo, de una oportunidad que parece única en la vida, etc.

Todo lo que genere un proceso de duelo y nos someta a una situación de alto estrés, puede conducir a la depresión. Y en este punto es importante hacer una diferencia entre el dolor y la depresión.

El dolor es un sentimiento que viene por oleadas y a veces mezclado con sentimientos positivos. No afecta negativamente la autoestima y cuando vienen pensamientos de muerte, por lo general están relacionados con la intención de unirse al ser amado perdido.

Por otro lado, la depresión mantiene el estado de ánimo bajo y hay una pérdida de interés por todas las cosas, incluso las que la persona más disfruta, por un tiempo prolongado de al menos dos semanas. La persona se siente inútil y experimenta auto desprecio, y en muchos casos, es invadida por pensamientos de muerte y suicidio, no por la pérdida o el estrés, sino porque se siente inútil y sin capacidad de sobrellevar la vida.

Hecha esta salvedad, los eventos estresantes que pueden conducir a una persona a la depresión pueden incluir: el fin de una relación, la pérdida de un trabajo, abuso, estrés financiero, ser víctima de violencia, el trauma de haber vivido un gran desastre, casarse o divorciarse, graduarse, recibir un nuevo miembro en la familia, etc.

Como ves, no todas las situaciones son negativas, pero sí pueden representar un nivel de estrés tan alto, que la persona se desvalorice y se sienta inútil para sobrellevar la situación.

Cambios hormonales

La pubertad, la menopausia y el embarazo, son tres etapas de la vida donde el cuerpo experimenta cambios significativos. También están asociadas a eventos que cambian la vida. El cambio de las hormonas y el estrés, pueden desencadenar depresión en algunas personas.

Un claro ejemplo es la depresión postparto, un tipo de depresión mayor que viene después del nacimiento de un bebé. Aunque por lo general se asocia con la madre, también hay casos de padres que han llegado a padecer este tipo de depresión (tan solo en un 10% de los casos).

Otras condiciones o enfermedades

Hay algunas afecciones específicas que se ha comprobado que tienen incidencia en los episodios depresivos.

  • Cardiopatía: Según la revista científica Harvard Health, al menos la mitad de los sobrevivientes de un ataque cardíaco ven afectado su estado de ánimo y en muchos casos pueden llegar a padecer depresión. La relación que se ha encontrado con la depresión y la enfermedad cardíaca se centra en el proceso de curación lento, los futuros problemas cardiovasculares y los riesgos de mortalidad posteriores al ataque.

  • Tiroides: De acuerdo con unas investigaciones que se publicaron en el año 2012, el hipotiroidismo leve o subclínico tiene una relación común con la depresión.

  • Otras condiciones: Hay otras condiciones médicas que se han asociado con trastornos del estado de ánimo, tales como las lesiones cerebrales, el cáncer, la disfunción eréctil, el Alzheimer y otras enfermedades neurológicas degenerativas, las deficiencias nutricionales (como la falta de vitamina B12), trastornos hormonales, etc.

Si has experimentado algunas de las afecciones antes mencionadas, es probable que te preguntes ¿cuál fue primero? La depresión o la afección. Generalmente es fácil saber si primero la persona sufría de disfunción eréctil y luego vino la depresión. La recomendación en estos casos es tratar el trastorno primario, para luego pasar al que fue desencadenado.

Otros desencadenantes comunes de la depresión

Además de los antes mencionados, la depresión suele estar asociada a:

  • Los cambios estacionales: se ha demostrado que hay personas que en otoño o en invierno, cuando hay menor cantidad de luz solar, pueden experimentar depresión.

  • Abuso de sustancias: Hay numerosos estudios que vinculan la depresión y la ansiedad con el tabaquismo, el consumo de alcohol y otras sustancias.

  • Falta de sueño de calidad: Dormir mal es una causa comprobada de depresión porque el estado de ánimo está estrechamente interconectado con la calidad del sueño.

Finalmente, los hábitos alimenticios, de ejercicio o incluso el consumo de algunos medicamentos, pueden desencadenar depresión como efecto secundario. Si estás atravesando un período de depresión, puedes pedir ayuda profesional aquí.

Editorial Hablar Sana
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